Esta vez la empresa con sede en Waltham se ha distanciado de las armas escribiendo una carta abierta. Lo hizo con otras cinco empresas del sector: Agility Robotics, Unitree, Anybotics, Clearpath robotics y Open robotics. En un momento en el que los vídeos de perros robot armados con ametralladoras y lanzamisiles están de moda, estas empresas han declarado su desacuerdo con las armas.
Los temores de los firmantes de la carta abierta
Lo que ha despertado la conciencia es la creciente preocupación pública por los vídeos virales de los que ya hemos hablado. En particular, «un pequeño número de personas ha hecho visiblemente públicos sus esfuerzos improvisados para convertir en armas los robots disponibles comercialmente».
“Personas poco confiables que podrían usarlos para socavar los derechos civiles o amenazar, dañar o intimidar a otros”, dice además la carta.
Lo que el colectivo teme es el riesgo de sufrir daños, lo que plantea serias cuestiones éticas. Sin mencionar que dichas aplicaciones armadas socavarán la conciencia pública y la confianza en la tecnología. Todo ello a costa de los enormes beneficios que los robots pueden aportar a la sociedad, según Boston Dynamics y otros.
El compromiso del colectivo empresarial
Por estas razones, entre otras, los firmantes de la carta abierta se pronunciaron en contra del uso armado de sus “robots de uso general”. Pero eso no es todo: en la carta también expresaban compromisos que debían cumplirse para limitar la proliferación de fenómenos bélicos relacionados con los robots.
El más obvio de estos compromisos es no producir robots polivalentes equipados con armas, y lo mismo ocurre con el software. Además, las empresas firmantes no apoyarán a quienes se aventuren por este camino. De hecho, se harán esfuerzos adicionales para verificar los diseños de sus clientes para que no utilicen armamento. Finalmente, el compromiso de buscar soluciones para mitigar o reducir los riesgos relacionados con las armas mediante el desarrollo de soluciones tecnológicas al respecto.
El importante llamamiento al final de la carta abierta
Los autores de la carta concluyen con un sincero llamamiento a la movilización y colaboración de todos, que reproducimos aquí:
Reconocemos que nuestros esfuerzos por sí solos no son suficientes para abordar estos riesgos y, por lo tanto, instamos a los formuladores de políticas a trabajar con nosotros para promover el uso seguro de estos robots y prohibir su uso indebido. También hacemos un llamado a todas las organizaciones, desarrolladores, investigadores y usuarios de la comunidad de la robótica a que se comprometan de manera similar a no construir, otorgar licencias, apoyar o permitir la instalación de armas en estos robots. Creemos que los beneficios de estas tecnologías para la humanidad superan con creces los riesgos de su uso indebido y estamos entusiasmados con un futuro brillante en el que los humanos y los robots trabajen codo a codo para abordar algunos de los desafíos globales.
Boston Dynamics, Agility Robotics, Unitree, Anybotics, Clearpath robótica, Robótica abierta
¿Es esta la iniciativa correcta?
No sabemos cómo evolucionará la situación, ni siquiera dentro de unos años. Todo el mundo conoce el pasado de Boston Dynamics y no es ningún misterio que desarrolló los primeros prototipos para DARPA. Asimismo, es bien conocido el uso por parte del ejército francés del perro robot Spot, pero en escenarios de ejercicio.
Algunos comentarios recibidos en línea no auguran nada bueno para el éxito de la iniciativa. Frases como: «Una vez que compre el producto, debería poder usarlo como mejor me parezca».
O incluso muchos atribuyen una hipocresía mal disimulada a la empresa principal que firma la carta, recordando los orígenes financieros de sus robots más famosos.
El hecho es que en la historia de la humanidad, muchas tecnologías recientemente introducidas siempre han tenido un impacto de doble filo en el público. Hubo quienes los miraron con entusiasmo y quienes los condenaron con ferocidad. Este fue el caso de la electricidad, la energía nuclear o las telecomunicaciones, por nombrar sólo algunos.
Como ellos, Boston Dynamics y otras empresas han entendido que el problema está en el uso que se hace de la misma, y no en la tecnología en sí.