El Instituto Italiano de Tecnología (IIT), que está distribuido en varios sitios en Italia, cada uno de los cuales se centra en tecnologías específicas, presenta su propio proyecto «hoja biónica». Hablemos más concretamente de la sede de Génova, donde se está desarrollando el primer prototipo de este objeto, que forma parte de la rama de Bio-Robótica. Precisamente la interacción entre organismos vivos y tecnologías artificiales representa uno de los ámbitos más fascinantes de esta rama, y este proyecto se refiere a una hoja capaz de generar energía a partir del viento y de las gotas de lluvia cuando se integra en las plantas. En definitiva: una hoja artificial que nos hace preguntarnos «¿hasta dónde llegará la tecnología en el futuro?».
Composición y aplicación de la lámina biónica.
La biolámina en cuestión consta de una capa de elastómero de silicio (una familia de elastómeros sintéticos, con átomos de silicio y oxígeno en lugar de átomos de carbono) en la parte inferior, que genera y recoge las cargas estáticas generadas por el movimiento de las hojas naturales.
En la parte superior hay una capa de etileno propileno fluorado (FEP), también conocido como teflón, que es claramente cancerígeno, pero como todas las fases experimentales de un proyecto, es necesario entender cómo funciona para optimizar y eliminar su presencia. .
Fabian Meder, estudiante de posgrado del IIT en robótica blanda y biomímesis, explica que
«A medida que las hojas se mueven con el viento, las dos superficies se tocan y se separan, creando cargas estáticas en la cutícula de la hoja y en nuestro dispositivo. Estas cargas se inducen en el tejido celular interno de la planta, generando una corriente que podemos recolectar a través de un electrodo insertado en tejido vegetal.»
En concreto, la hoja inteligente debería poder proporcionar por ahora suficiente energía para alimentar una lámpara LED, pero sus posibles aplicaciones podrían afectar a diversos sectores, como la agricultura y la vigilancia medioambiental, como hipotético paso adicional en el ámbito de las energías renovables.
La primera prueba se realizó insertando «el dispositivo» entre las hojas de una adelfa viva (perteneciente a la familia de los arbustos). La información recopilada mostró que las gotas de agua individuales generan picos de energía de más de 40 voltios y 15 microamperios, suficiente para alimentar directamente 11 lámparas LED. La misma estructura es capaz de captar energía eólica a través de las oscilaciones de las hojas.
Luego, los investigadores observaron que la hoja inteligente es capaz de generar más energía que otras tecnologías conocidas que funcionan principalmente con energía eólica. Los propios investigadores están trabajando en registrar una patente para el dispositivo con el fin de comprender mejor los posibles escenarios de mercado y, en un futuro no muy lejano, utilizar esta lámina biónica en áreas de uso común como se mencionó al principio, por ejemplo en la agricultura, abriendo así nuevos escenarios que podrían afectar a la “agricultura inteligente” y al mundo del IoT.