La historia de Rovio es una historia de lucha, ya que la compañía conocida por la icónica franquicia Angry Birds apenas ganaba dinero en 2013.
La empresa finlandesa, que a principios de 2014 celebró la descarga número dos mil millones de Angry Birds, a finales de ese mismo año solo obtuvo 10 millones de euros de beneficios.
Después de numerosos despidos debido a las malas ventas de productos y mercancías de Angry Birds, Rovio comenzó a realizar numerosos cambios en la gestión. Desafortunadamente, esto no ayudó mucho y la compañía finlandesa se vio obligada a cerrar varios de sus estudios y seguir despidiendo a varios de sus desarrolladores.
Rovio volvió brevemente a la rentabilidad gracias al éxito de la película Angry Birds estrenada en marzo de 2017, pero eso tampoco ayudó.
Rovio se convirtió en una empresa que cotiza en bolsa en octubre de 2017 y la empresa estaba valorada en alrededor de mil millones de dólares. Tras adquirir otros dos estudios, PlayRaven y Darkfire Games, en 2018 y 2020 respectivamente, Rovio recibió ofertas de adquisición de varias empresas.
SEGA anunció esta semana que había completado la adquisición de Rovio por 706 millones de euros.
Ahora que Rovio es parte de SEGA, será interesante ver si el desarrollador japonés permitirá que el estudio continúe creando juegos de Angry Birds o ayude a crear franquicias de SEGA.